Estos últimos días han salido a la luz unos datos preocupantes, que demuestran hasta qué punto ciertos medios de comunicación se dedican a mentir y cómo a una parte de la sociedad española, hundida en el servilismo y la falta de responsabilidad, le gusta que le mientan.
La semana pasada conocíamos que la inflación se sitúa en el 4,7%. Se acordarán ustedes, que el inepto total que tenemos en la Moncloa, y que ha recibido ciertos elogios de gente igualmente inepta, indicó que en primavera, con voluntad exclusivamente de engaño, bajaría la inflación. En primavera la sangre se altera, pero la inflación sube o baja atendiendo a hechos puramente objetivos (presión fiscal, expansión crediticia, especulación con materias primas, situación del petróleo, etc.). La inflación, no sólo no baja, sino que sube. Además, se espera que continúe aumentando, con datos objetivos en la mano más allá de la mentira sistemática. Ya sabemos que el socialismo es una patraña. Lo realmente lamentable es que en España haya muchos que compran esa mercancía averiada o no tengan la suficiente personalidad como para oponerse a este tipo de manipulaciones.
Por otro lado, vemos que se empiezan a convocar una serie de huelgas que no van a ninguna parte. Dado el nivel de responsabilidad de degradación personal y del servilismo detectado en una parte de la opinión pública, siempre he denunciado la posibilidad de que esto derive en mensajes puramente populistas, de manera que la crisis se agrave aún más. Evidentemente, todo esto es consecuencia del sindicato chupóptero UGT, dedicado al juego presupuestario con diversos nombres. Se lanza así el mensaje a la opinión pública de que aquí el problema son los especuladores. Vamos a ver, chupasangres, los especuladores son la mejor gente de la sociedad, gente preparada, los tíos que sacan adelante a la sociedad y los que nos permiten comer cada día, trayendo los productos desde el campo, desde las ganaderías, currándoselo, remediando los problemas de higiene para que no haya problemas de salud, y arriesgando, en todo caso, su riqueza, para dotar de un valor añadido a la sociedad. Gente, en definitiva, cojonuda. Los que dicen que los «especuladores» se forran presentan, aparentemente, un gran negocio. Me pregunto por qué no dejan de vivir chupando sangre de los productores de la sociedad, que son las que la mantienen, y deciden emprender ese multimillonario negocio que, además, significaría aportar algo a la sociedad. Que monten un microclima en su residencia, o acudan al país de origen de la materia prima, que se van a forrar. En definitiva, son una serie de estupideces difíciles de reconciliar con la inteligencia. Lo grave es que esta estupidez hay que extrapolarla a gran parte de la sociedad civil, que permanece sumida en la ignorancia, en buena parte debido al control del Estado de los medios de comunicación, el adoctrinamiento político y la educación bolchevique instalada en España. Te dicen: «La ternera en origen vale tanto, y en Alcampo fíjese vale tanto». Hay algunos que parecen ignorar que la ternera no quiere ir a Alcampo, y que hay que llevarla, o bien en un camión, o bien andando, o bien dándola besos en los morros, pero al fin y al cabo, llevarla. Además, habrá que pagar las naves de almacenamiento y manipulación, los salarios de los trabajadores, pagar los impuestos a los mamandurrios del ayuntamiento de turno, de la autonomía, del Estado etc. Háganse especuladores o cállense. El que lo hace y lo trae es, sea quien sea, el tío más espabilado. Este tipo de mensajes contra los especuladores lanzados por esos grupos subvencionados son mensajes filo-comunistas. Con este tipo de argumentos Stalin asesinó a las clases medias en su momento. Y ese es el objetivo. Antes lo hacían en los Gulags mediante exterminio, y ahora han visto que es más rentable ordeñarlas y explotarlas, pero en esencia, es la misma ideología criminal.
Frente a ellos lo único que tenemos son auténticos parásitos y mamandurrios, principalmente del PSOE, que se ha especializado en la expoliación de las clases medias dedicándose a montar chiringuitos con apariencias sociales para trincar del contribuyente. Eso es, precisamente, lo que debemos desmontar. Si no lo hacemos, la sociedad se va a venir abajo. La crisis tiene salida. Por supuesto. Pero esa salida está fuera del sistema de explotación a gran escala actual. Hay que cerrar, inmediatamente, todas las asociaciones de consumidores españoles que viven de la subvención, hay que cerrar todas las coordinadoras de agricultores y ganaderos que viven del cuento, hay que cerrar todas las asociaciones representativas de los autónomos, que no representan más que a lobbies de reparto y mordida en las subvenciones. Así un sistema no puede funcionar. Hemos generado una sociedad que es más falsa que un Judas de plástico, inviable, insostenible y sobre todo, injusta.
Mientras se derrumba el modelo, los medios de comunicación se dedican a la Salsa Rosa política, el fulanismo, y la mentira. A muchos les encanta que les den pan y circo. ¡Uy, Elorriaga ha escrito un artículo donde critica a Mariano! Ya tenemos 3 días de pasto para el ganado. El sistema se hunde, y hay que tener al pueblo entretenido con un articulillo del tres al cuarto de Elorriaga, a modo de ejemplo. Vamos a ver, estamos afrontando, no ya una cuestión de derechas o de izquierdas, sino una simple cuestión de supervivencia. Estamos jugándonos el hecho de que en esta sociedad se pase hambre. El sistema parasitario, desde luego, ya no aguanta más. Las instituciones, corruptas en todos los ámbitos, tampoco. Las autonomías quieren aumentar su déficit, y los ayuntamientos están en crisis. El sistema está en quiebra. Los ayuntamientos están llenos de amantes, bandidos, afiliados, primos, sobrinos, y demás familia. Ahora, como ya no hay más licencias administrativas para la construcción, aúllan, y piden 7.000 millones de euros si mal no recuerdo, cuando ya, el enterrador económico (Pedro Solbes), ha dicho que se ha comido el superávit. Ya, incluso la gente que sistemáticamente se dedica a mentir, como la CEOE, dicen que para el próximo año entraremos en estanflación. Rita Barberá, a propósito de la crisis en los ayuntamiento, ya ha amenazado con no pagar el IVA. Quien se debería revelar, en todo caso, es la sociedad civil y dejar de pagar el IVA, EL IVI, el IRPF, el IP, y todos los sistemas de expoliación, que han de ser reducidos drásticamente junto con el gasto público si queremos salvarnos del desastre. Veremos si la sociedad tiene aún resortes morales para preguntarse dónde va a parar su dinero y revelarse ante tamaña locura. Suficientes valores para decirle a Almodovar: «Mira, morrón, tienes suficiente pasta como para invertir y jugártela como cualquier empresario». Algunos creen que la cultura es una especie de sistema que consiste en coger la pistola de agua y ponerse a robar al contribuyente. Estoy seguro de que la mayoría de ustedes lo entiende, porque lo sufren con su dinero, están inquietos, ven un futuro negro y a un Gobierno que ha perdido el sentido de la realidad que manifiesta que el paro no subirá del 10%, que la inflación a final de año será del 2,7%, que creceremos por encima del 2%, etc. La única alternativa pasa por la rebelión, ya que el sistema político, a su vez, está pensado de tal manera que la participación e influencia de la sociedad civil sea irrisoria, de manera que el expolio sea más llevadero, y donde los ciudadanos estén condenados al mal menor mientras se les da pasto con la Salsa Rosa política.
El PSOE es un partido de ladrones desde un punto de vista ideológico. Su tarea es robar a unos para quedárselo ellos y sus ámbitos de influencia. Esto es, su tarea consiste en expoliar a las clases medias para darle nuestro dinero a los ricos: a los Víctor Manueles, a los Almodóvar, a las Anas Belenes y demás parásitos sociales. Nuestra sociedad consiste en un ejecutivo socialista ladrón, y diferentes lobbies que le mantienen a cambio de vivir del cuento: las ecochorras, las feministas, el lobby gay, agricultores, mundo de la incultura parasitaria, etc. Analicemos uno de ellos: los ecochorras. Se trata de una especie de cultura bananera practicada por tíos de cuidad que no saben nada de campo, cuyo máxima aspiración reside en vivir de las subvenciones y luego tener un rollete. Se trata de ideologías criminales, que por ejemplo han apoyado el uso de cereales o barras de pan para hacer biocombustibles, que según la ONU, que es parte del problema, ocasionará 10 años de hambre y 100 millones de muertos (es decir, 20 años de hambre y 200 millones de muertos). Por supuesto, se oponen a la energía nuclear – lo que produce el encarecimiento caprichoso de la energía – y a los transgénicos – lo que produce el impedimento de abaratar productos básicos de alimentación mediante tecnología sofisticada. Eso sí, en Galicia apoyan la tala de bosques para implantar una ineficiente energía eólica que no nos va a dar de comer. Esta rama ecochorra es una de la más influyentes a día de hoy en el movimiento progre, que con su estupidez nos va a llevar a la miseria a todos. Estamos en una sociedad, en definitiva, donde cada vez más sectores pretenden vivir a costa de otros, lo cual es insostenible. Si nadie produce, no hay nada que repartir. Y cada vez hay menos productores y más chupópteros. El otro día, siguiendo en la línea, los llamados «controladores de la hora» indicaron que irán a la huelga y piden una subida de sueldo. Oiga, ustedes a la calle, a trabajar en algo serio. ¿Cómo va a funcionar una sociedad así? Luego está el lobby de las feministas, propagado por este Gobierno de ladrones mediante ministerios esperpénticos como el Ministerio de igualdad. Vaya tomaduras de pelo. O se cambia el sistema y se empiezan a cerrar ayuntamientos, ministerios, eliminar subvenciones, etc., o nos iremos a la miseria todos. En Alemania, por ejemplo, se han tomado medidas estructurales al respecto reduciendo los gastos en los landers, y reducir los gastos en sanidad. Esto es, empezar a que la gente pague. Allí, aunque también hay crisis, no es de modelo, como en España. En España o se reduce el aparato de expolio fiscal y se empieza a producir, o el sistema se viene abajo. Irán a las urgencias y no habrá médicos por no haber cobrado las nóminas, habrá escuelas cerradas, etc. Escuelas públicas que, dicho sea de paso, se dedican a organizar campamentos de verano. Se ha perdido tanto el norte que se ven como normales auténticas salvajadas. ¿Qué pinta la CCAA de Madrid, por ejemplo, organizando campamentos? Ni que fueran las juventudes hitlerianas, oiga. Eso es una cuestión de la iniciativa privada: ustedes no son los boy scout. Luego te sale un anuncio: «usted es anciano, puede ir al teatro muy baratito». No, hombre no, no va al teatro muy baratito, a usted no le van a pagar la pensión, y le engañan con el teatro. Así no funcionan las cosas.
En cuanto a los jóvenes, la situación de expolio fiscal es más dramática si cabe. La situación es de destrucción de empleo neta. No hay políticas que más beneficien a los jóvenes que las de flexibilidad, libertad y dinamismo. Mientras tanto, los políticos socialistas, continúan mintiendo y afirmando que no hay crisis, sino desaceleración, que se acelera la pérdida de empleo, pero que no superaremos el 10% de paro, que la inflación bajará en primavera etc. Oiga, que no todos somos votantes socialistas, que algunos pensamos. La mentira, en este país, es sistemática. George Bush, si mal no recuerdo, perdió las elecciones por mentir al electorado: prometió bajar impuestos y no lo hizo. La sociedad norteamericana lo consideró una ofensa grave. Me temo que a este país, repleto de chupópteros y anestesiados, le va a costar más reaccionar. El Gobierno no toma ninguna medida. «No, es que sube el petróleo», nos dicen. Pues oiga, ahora coge usted y nos baja los delirantes impuestos sobre biocombustibles en vez de quedarse con cara de idiota. La cosa es, claro, que si el Gobierno baja los impuestos se queda sin pasta suficiente para pagar las facturas a todos los que viven del cuento, a todos los parásitos. O en vez de decir, «Subo la electricidad», sale usted de la estupidez, y en vez de vivir de espaldas al mundo comienza a invertir en energía nuclear. Por supuesto que todas las cuestiones permiten tomar medidas. Otra cosa es que no se toman, porque el sistema lo impide: cualquier cosa que toque, tiene que dejar sin comer a primos, amantes, la federación de gays y lesbianas, a la federación de heterosexuales subvencionados compulsivos, al de las juventudes socialistas que es bisexual, al que es travelo, al que es no sé cuantos. Aquí todo el mundo vive del cuento. Y así la sociedad no puede funcionar. Ante esta realidad, el sistema no permite tomar medidas. Lo único que se puede es montar rollos. «No, os vamos a adelantar 400 euros, pero no, no tenemos para todos, solo los que coticen, aunque dijimos que era para todos, con esto se va a activar todo y es la solución, etc. etc.», «Somos igual de mediocres porque hay igual de ministros que de ministras, y estamos todos muy felices porque la Ministra de defensa va a tener un niño». Me parece muy bien, bendito sea Dios. Pero la realidad es bien distinta. La única realidad es que la única paridad se localiza en el paro. La inmoralidad de estos atrapacabras no conoce límites. Nos sentiremos muy orgullosos cuando vayan todos al paro: pero eso sí, todos iguales ante el paro, y todos iguales en la miseria.
A todo este robo estatista central, hay que sumarle el robo autonómico y local. Baste con un ejemplo para ver hasta qué punto de degeneración nuestra sociedad está llegando. En Galicia te dan 500 euros por poner a tu hijo en nombre en gallego. O 600.000 euros para empresas que realicen publicaciones frecuentes en gallego. Esos 500 euros no los producen los burócratas, no. Se lo roban a las clases medias, que son quienes sostienen este país, para que los políticos se lo queden, lo repartan entre sus lobbies, o lo usen como herramienta para alcanzar sus fines totalitarios. ¿Pero cómo va a funcionar así una sociedad? Es una auténtica locura de despilfarro, atraco sistemático y destrucción de riqueza. Los políticos que imponen este tipo de estupideces deberían ser expatriados lejos de España, pero lamentablemente son la consecuencia de un sistema corrupto, en quiebra, y que agoniza. Esta especie de minorías chupópteros y parásitas, que van a llevar a todo el mundo a la ruina, deben desaparecer. Se trata de supervivencia, recuerden. Y si es preciso articularlo, que se articule: «El señor Carod Rovira no podrá comer todos los días gratis del contribuyente». «Que la Iglesia, sindicatos, partidos y demás entes chupópteros no pillen ni un duro del contribuyente». «El señor Ansón Quintana tendrá que trabajar en algo decente en su vida». «La ministra de la igualdad tendrá que saber cómo funciona el sector privado haciendo algo útil, porque lleva toda la vida viviendo del flamenco, de las cajas de ahorro subvencionadas, de la cultura, de la igualdad, de las pedorras feministas, etc., pero siempre viviendo a costa de arruinar a las clases medias». “Eliminar toda subvención a empresas como PRISA y otros medios de comunicación con pies de barro y financiadas a través del expolio al contribuyente, para desmontar la propaganda socialista”, etc. Si hay que articularlo, que se haga. Otra medida esperpéntica: 1,5 millones de euros para una campaña de difusión de la lengua gallega en Galicia. 1,5 millones de euros para un programa itinerante sobre la lengua gallega en Madrid, Bruselas, Buenos Aires, etc. Es decir, que se han montado una buena orgia. Más de 800.000 euros para la normalización del gallego en la enseñanza privada. Y en definitiva, un expolio sistemático a nuestra costa. Esto, sencillamente, no se puede permitir. Esto no es más que el medio de pago de toda la estructura del BNG y parte de la del SOE. Todo esto, extrapolado a miles de casos parejos, es consecuencia de la que está cayendo, y no a causa de la subida del petróleo. Que no les engañen. Los ciudadanos ven como el Estado fracasa en las que se supone, son sus tareas básicas, debido a su ausencia de incentivos: justicia, seguridad ciudadana, etc. Y sin embargo lo único que funciona es la recaudación a costa de las clases medias.
Los burócratas como Solbes, gris funcionario que sabe menos economía que una ama de casa corriente y que se dedica a soltar la perorata en voz baja y a adaptarse como un camaleón a la situación, son, en definitiva, un obstáculo que requiere la movilización en masa de las clases medias para poner freno.
Movilícense. El Sistema es insostenible. Les están robando y esclavizando silenciosamente. El mensaje es claro: “Con mi dinero, NO” ¿Usted quiere arreglar problemas del mundo? ¿Quiere hacer no sé qué cosas bienintencionadas? Muy bien, lo hace con su dinero, no con el mío. Usted me ofende: me llama carca, retrógrado, miserable, fascista, etc. Hágalo, pero no con mi dinero. Con mi dinero no, porque nos van a llevar a la ruina.
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